
Tal vez sea una leyenda, lo que les voy a contar, pero era tal el conflicto que existía en la ciudad, que ningún peatón podía, sin riesgo la calle cruzar.
Discutieron los ciudadanos, esta situación fatal, y exigieron a las autoridades, un semáforo instalar.
El semáforo nuevecito observó la situación:
-Mejor que esperen los autos, y no el pobre peatón-.
Referencia: guía escolar 2, santillana
Se atravesaba en la calle haciendo una gran barrera, cuando cruzaban los niños que salían de la escuela.
A los hombres de trabajo,también les daba el paso y les ponía luz verde de la mejor calidad.
A los viejitos,el mismo, de la mano los pasaba; los autos, enfurecidos,con sus
bocinas pitaban.
Fue de tanto bocinazo que llegó la policía.
Y vieron al semáforo atento, moviéndose aquí y allá.
-Esto es cosa de locos- dijo la autoridad-.
O deja pasar los autos, o lo llevamos de acá.
Y por no alargar la historia, también les debo contar, que el semáforo atento, en la calle ya no ésta.
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